Tras más de 30 años metido en la vida de negocios, en el año 1987 falleció mi antecesor, conocido en muchas regiones, uno de los muy grandes de su época - Hans Peter Schmidt.
Sus últimas palabras fueron que yo siguiera con su negocio y que si trabajo para otro, debo hacerlo como si lo hiciera para mi mismo.
Además, me transfirió su experiencia y su ruta – la fórmula de su éxito – y me dio el punto de partida de mi carrera, que debió empezar en 1988 en el bosque baviero.
Ciertamente que los modernos métodos de comunicación han pasado un poco a un segundo plano la « Alta Escuela » y la conversación personal, pero he seguido siendo fiel al principio antiguo "no puede ser – no existe".
Para cualquier demanda de auxilio, por muy pequeña que fuere, he hecho lo mejor según mi leal saber y entender, hasta el día de hoy.